sábado, 22 de agosto de 2009

Los parques temáticos dejan de ser divertidos

 

Ginés Cañabate

20/08/2009 - 10:12

atracciones.jpg

 

Poca alegría y diversión es la que se respira entre los principales gestores de los parques de atracciones en España. Lo que años atrás parecía una inversión segura, que incluía previsiones de visitantes y demanda por encima de la media europea, se ha convertido en toda una montaña rusa de incertidumbres.

Pero, ¿cómo es posible que un país como España, tan proclive al ocio y a los buenos momentos, sea ahora un quebradero de cabeza para los gestores de estos centros? El frenazo del gasto y la necesidad de ahorro son, como en la mayoría de los casos, los principales culpables. Pero conviene empezar por el principio.

Durante la época dorada del ladrillo, hace casi seis años, fueron muchos los promotores que se dejaron seducir por estos megaproyectos faraónicos de ocio, y España era un país todavía verde en este tipo de negocios. Hasta entonces, sólo contaba con unos pocos centros en toda la Península, destacando el Parque de Atracciones de Madrid, construido en época de Franco y propiedad en la actualidad de Parques Reunidos, y Port Aventura, en Tarragona, perteneciente a Criteria (CRI.MC).

Poco a poco fueron surgiendo oportunidades de inversión y aparecieron nuevos centros como el de Terra Mítica en Valencia, Isla Mágica en Sevilla y Warner Bros en Madrid. Las previsiones de facturación eran fantásticas, y pese a que parecía necesario acometer un importante esfuerzo inversor, la rápida rentabilidad estaba fuera de toda duda.

Caída de la demanda

Si bien el comportamiento de cada centro dista mucho el uno del otro, durante el último año todos han sufrido en primera persona una desaceleración preocupante. Y la deuda ha comenzado a ser más que un problema.

Uno de los más perjudicados por esta caída de la demanda es, precisamente, Port Aventura. Este parque temático ha sido protagonista de varios rumores de venta durante los últimos meses. La caja parece dispuesta a desprenderse de este parque, aunque los números registrados en el último ejercicio no han ayudado mucho.

En concreto, Port Aventura redujo sus beneficios durante 2008 un 77%, con un resultado neto de 3,4 millones de euros. La caída de visitantes y el aumento de los gastos financieros han sido las causas de su mal año. Por si fuera poco, Criteria, que se hizo con el control total de Port Aventura el pasado julio tras comprarle a Abertis (ABE.MC) su 2,80%, decidió la construcción de cuatro nuevos campos de golf para completar su oferta, lo que ha terminado siendo un lastre por la amortización de estos nuevos activos.

Viejos fantasmas

Además, la evolución del parque catalán no ha sido precisamente un camino de rosas, ya que desde su inauguración en 1995 tardó nada menos que seis años en obtener beneficios.

Ahora, cuando el viento comenzaba a soplar a favor, han vuelto los viejos fantasmas. El número de visitantes se redujo en medio millón y la ocupación hotelera fue de las más bajas de su historia.

En una situación parecida, o incluso peor, se encuentra Terra Mítica. Este parque temático, propiedad de la Generalitat valenciana, Bancaja y CAM, se encuentra inmerso en un difícil proceso de reestructuración corporativa. El complejo localizado en Benidorm registró unas pérdidas de 15 millones de euros el año pasado, cuatro millones más de los previstos en su plan de negocio, como consecuencia de una disminución del 10% de las visitas.

La noticia cayó como un jarro de agua fría entre los altos cargos de la compañía, enredados con la polémica renuncia de su anterior director general, John Fitgerald, muy crítico desde el principio con muchos de los planteamientos del negocio.

Cambio de perspectiva

Ahora, desde Terra Mítica se ha optado por seguir mirando hacia delante con la incorporación de nuevas atracciones y espectáculos.

Para empezar ya ha nombrado un nuevo director, Juan José de Torre, anterior director del Parque Warner de Madrid, cuya situación es también muy complicada. Este parque, gestionado por Parques Reunidos, pero propiedad de Manuel Jove y Caja Madrid, se ha convertido en un pozo sin fondos. El pasado julio, la empresa fichó como director general a José Asenjo Vera, anterior subdirector del Oceanográfico de Valencia, para intentar remontar la situación.

Aunque no parece nada fácil. A Caja Madrid, de hecho, le está pasando factura su presencia en el Parque Warner, donde controla el 21,82% del capital. En los últimos años sus activos dudosos se han disparado, entre otras cosas, por los 200 millones que prestó al parque y que, en parte, se vio obligado a provisionar. Su situación ha llegado a ser tan complicada que incluso la Comunidad de Madrid se vio obligada a salir del accionariado.

Deudas millonarias

Y en el caso de Isla Mágica, más de lo mismo. Este parque sevillano cerró el año pasado en línea con su competencia, con un resultado neto negativo de 2,6 millones de euros. En la actualidad, el parque adeuda un total de 14 millones de euros, de los que 5 millones corresponden a una sentencia del Tribunal Supremo por incumplir las condiciones en materia de subvenciones.

Además, los gestores de este centro deben cerca de 3 millones por un préstamo de Cajasol para superar una dificultad relacionada con la tesorería y otros 6 millones de euros para saldar una deuda que mantenía en concepto de cánones de explotación e IBIs impagados. Pese a esta complicada situación, desde Isla Mágica se confía en finalizar el año con una importante mejoría.

En cuanto al Parque Warner, el último en llegar a la Península, los problemas también son bien parecidos. Aunque todavía no se han facilitado los datos de facturación correspondientes a 2008, desde el complejo también se teme que el número de visitas haya sido inferior al del año pasado.

Eso sí, tanto este complejo como el Parque de Atracciones de Madrid cuentan a priori con una ligera ventaja: los dos pertenecen a una de las compañías más importantes a nivel internacional en materia de ocio, Parques Reunidos, y que por el momento está notando en menor medida el efecto de la contracción del gasto. Esta compañía, perteneciente a la firma de capital riesgo Candover (accionista a su vez de Ono) cuenta con una amplia cartera dedicada a este negocio, tanto en España como en el extranjero.

Ventajas que dan un respiro

El crecimiento de la facturación de Parques Reunidos durante 2007 (último dato disponible) fue del 61%, hasta los 377 millones de euros, mientras que las visitas en sus parques aumentaron un 50% en ese mismo ejercicio.

Si se echa un vistazo al exterior, la situación no es mucho mejor. En Estados Unidos, por ejemplo, el país con más oferta de parques de atracciones, el negocio de la diversión ha dejado de ser tan divertido como antes. Los ingresos totales cayeron por encima del 2% durante el año pasado, y todopoderosos como Walt Disney, Merlin Entertainment o Universal Studios entre otros, ya han notado en primera persona el desánimo generalizado.

Nuevas apuestas

Aquí en España, los gestores que prefieren seguir apostando por este tipo de negocio ya piensan en nuevas soluciones, y todos han coincidido en lo mismo: atraer al cada vez más apático cliente con rebajas y ofertas irrechazables.

En este sentido, Parque Warner ha optado por el clásico dos por uno para esta temporada. Es decir, aquellos que paguen la entrada de 35 euros, tendrán la oportunidad de volver de manera gratuita al día siguiente.

Isla Mágica, por su parte, prefiere ofrecer más facilidades en el pago. Los pases de temporada podrán pagarse a plazos y, por supuesto, sin intereses. Pero además de esta oferta estrella, el complejo también realizará importantes descuentos adicionales.

Desde Port Aventura tampoco han querido ser menos. Los descuentos del centro se centrarán en la oferta hotera, con rebajas que en muchos casos rondan el 50%. Se trata de soñar con una pronta mejoría.