jueves, 13 de noviembre de 2014

Parques Reunidos no se presentará al concurso para gestionar el Oceanogràfic y el Ágora.

Parques Reunidos, que ha explotado el recinto desde su creación, no se presentará al nuevo concurso por la «dureza y complejidad» del pliego

  • X. M. |  VALENCIA.

«Nos da muchísima pena no poder seguir gestionando el Oceanogràfic, pero es imposible seguir adelante en estas condiciones». Los responsables de Parques Reunidos, la sociedad que ha explotado el acuario de la Ciudad de las Artes desde su apertura en 2003, comenzaron a despedirse ayer de un recinto que, según dijeron, han conseguido situar entre los diez mejores del mundo. A menos que cambien las condiciones que la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) ha fijado para la explotación de este recinto y el Ágora, Parques Reunidos no se presentará debido al elevado riesgo económico y financiero que implica el pliego y a un marco normativo que deja la gestión del futuro adjudicatario «intervenida» por Cacsa.

Tras destacar algunos hitos alcanzados desde 2003, como los 14,1 millones de visitantes acumulados, la empresa subrayó que en ese tiempo ha superado sus objetivos económicos.

Los ingresos totales entre 2003 y 2013 alcanzan los 241.860.736 euros. El resultado después de impuestos para Parques Reunidos ha sido de 29 millones de euros, mientras que el beneficio para la Ciudad de las Ciencias alcanza los 50,5 millones de euros «después de pagar el canon», lo que equivale al 64% del resultado neto agregado. Con las nuevas condiciones, Parques Reunidos calcula que, en el mejor de los casos, podría ganar entre 1 y 1,5 millones de euros, pero el pliego contiene una serie de indefiniciones que aumentan el riesgo de entrar en resultado negativo. «No nos vamos porque vayamos a ganar menos», subrayaron los responsables de la firma, quienes explicaron que podrían trabajar con ese margen siempre que se redujeran las «incertidumbres» a las que se enfrenta el nuevo operador.

En cuanto al riesgo financiero, la empresa que se someta al pliego asume desde el primer día una deuda de 110 millones de euros a pagar en quince años «pase lo que pase con el negocio e independientemente de las variables del entorno». Además, las condiciones para el nuevo gestor del Ágora y el Oceanogràfic excluyen por completo el «reequilibrio financiero», es decir, la posibilidad de renegociar la concesión en el caso de que haya factores externos que afecten sustancialmente al negocio.

Entre esas incertidumbres, explicaron que el nuevo pliego obliga al gestor a asumir activos como el Ágora, lo que implica «tener que hacerse cargo de cualquier problema que haya», como el que recientemente se ha producido con el trencadís del Palau de Les Arts. Al Ágora, opinaron, se le puede sacar partido de explotación, pero los costes de mantenimiento -limpieza, climatización, etcétera- son muy altos y tampoco se sabe lo que se va a pagar de IBI porque el edificio no está terminado.

En opinión del actual gestor del Oceanogràfic, que garantizó un relevo ordenado, el futuro operador no tendrá autonomía de gestión. Entre otras cuestiones Cacsa se atribuye la potestad de realizar cuantas inspecciones considere, «aunque no estén justificadas». «El régimen sancionador llena cuatro páginas, con multas de hasta 200.000 euros, que introducen gran inseguridad jurídica y económica», lamentaron los responsables de la firma. En el mejor de los casos, dijeron, Cacsa se lleva mas del 80% del flujo de caja que genere el negocio y el operador, un 20, lo que deja poco margen para invertir. «Se va a resentir la instalación», advirtieron.

«Es el pliego más duro y complejo con el que nos hemos topado. Si nos dieran autonomía de gestión, se eliminarían una gran parte de las incertidumbres económicas, pero la gestión estará intervenida por Cacsa», insistió Parques Reunidos, quien añadió que, a su juicio, ningún operador puede asumir el balance de riesgos desconocidos que hay en el pliego. «Si se presentan empresas es porque no lo han entendido o porque al día siguiente quieren renegociar», concluyeron.

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martes, 11 de noviembre de 2014

El Consell se enzarza con el gestor del Oceanogràfic por las deudas pendientes

Parques Reunidos demanda a Cacsa y Buch amenaza con otra denuncia si no hay acuerdo amistoso


El conseller de Economía, Industria, Turismo y Empleo, Máximo Buch, aseguró ayer que la Generalitat podría responder con otra demanda a la empresa Parques Reunidos si no se llega a un acuerdo amistoso por los impagos del Consell, de nueve millones de euros, en la gestión de l'Oceanogràfic.
La empresa Parques Reunidos anunció el pasado viernes la presentación de una demanda contra la Generalitat por valor de 8,2 millones de euros ante el impago de nueve millones que debía haber cobrado desde 2009 hasta el pasado mes de julio por la gestión del Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. El Conseller justificó la situación explicando que «son atrasos de impago que antes se compensaban, ahora prefieren no compensarlos», y que desde el gobierno se intentará llegar a un acuerdo amistoso. En caso contrario, «contraatacaremos con otra demanda» en la que exigirán «los pagos que ellos tienen pendientes con nosotros».
El origen de este conflicto está en el cruce de deuda pendientes entre el operador del Oceanogràfic y Cacsa. El primero recibe un canon fijo y otro variable por la venta de entradas y paga por la facturación de «merchandising» y por las obras de mantenimiento que acomete la empresa pública en el recinto acuático.
Como consecuencia de este cruce de facturaciones, Cacsa adeuda 31 millones a Parques Reunidos y esta a su vez 23 millones a la mercantil de la Generalitat. Hasta ahora estos cobros se realizaban a través de la compensación de facturas. Sin embargo,los retrasos en los pagos generaban problemas fiscales a Parques Reunidos en materia de IVA.
En lugar de esperar a la liquidación cundo finalice el contrato el año que viene, el operador ha preferido reclamar judicialmente la diferencia a su favor (nueve millones). No obstante, la Abogacía de la Generalitat está estudiando si Parques Reunidos ha cumplido con sus obligaciones en materia de mantenimiento y recortar así el importe pendiente de pago. El conflicto se produce cuando Parques Reunidos está planteándose no acudir al concurso para renovar su contrato por considerar inviables las nuevas condiciones.