La inclusión de este gasto en el contrato de gestión puede echar para atrás a alguno de los aspirantes por las dudas sobre la viabilidad
Operarios realizando trabajos de mantenimiento en el Ágora.eduardo ripoll
VÍCTOR ROMERO VALENCIA El contrato para la privatización de la Ciudad de las Artes y las Ciencias que la Generalitat prevé licitar en breve puede incorporar una sorpresa no esperaba hasta ahora por los aspirantes oficiosos. Cacsa baraja ahora incluir entre las obligaciones del adjudicatario las tareas de mantenimiento de los edificios y espacios del recinto que saldrán a concurso un único paquete: El Museo Príncipe Felipe, el Hemisfèric, el Oceanogràfic y el Ágora. De ser así significaría que el nuevo gestor tendría que hacer frente a una labor que representa un importante capítulo en los gastos de la sociedad pública.
La inclusión de los costes de mantenimiento no estaba contemplada inicialmente en el contrato, de forma que Cacsa debía seguir ejecutándolas. Sin embargo, los técnicos de Deloitte que elaboran el pliego bajo la supervisión de la directora de la empresa de la Generalitat, Henar Moliner, parecen haber cambiado de opinión.
La Generalitat pretende que la privatización de Cacsa le permita al menos no perder dinero con el complejo. Para ello pretende cobrar al consorcio adjudicatario un canon fijo y otro variable en función de resultados. El contrato podría licitarse este mes de septiembre, otorgando un plazo de presentación de ofertas más largo de lo habitual (entre cuatro y cinco meses) para que los aspirantes puedan estudiar con detenimiento las condiciones o buscar alianzas, toda vez que el gestor tendrá que explotar elementos muy distintos desde el punto de vista de la especialización de la actividad: desde un parque acuático de animales como el Oceanogràfic, pasando por la oferta audiovisual del Hemisfèric y hasta un recinto museístico.
La fusión de la obligación de realizar las tareas de mantenimiento a la de configurar una oferta atractiva de contenidos eleva la complejidad del contrato por lo que algunos aspirantes podrían echarse atrás.
Hasta ahora han mostrado interés claro por el contrato los actuales gestores del Oceanogràfic, Parques Reunidos, y los del Bioparc, Rain Forest Valencia. También se han interesado intermediarios de una compañía de ocio americana y otra de capital británico.
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